lunes, 29 de octubre de 2012

¿ESPAÑOLES EMPRENDEDORES?

Leo un twitt de @huyelobo que dice: "son nuestras costumbres, qué le vamos a hacer", y publica unos datos estadísticos de una encuesta del CIS *. Dichos datos revelan que más del 70% de los encuestados entienden que, para emprender, es necesaria la inversión del Sector Público, en mayor o menor medida. No queda ahí. El 60% cree que la inversión debe ir como mínimo a medias entre el sector privado y público, o incluso ser una inversión completamente pública. Lo que me lleva a pensar: según esta encuesta, el 70% de los españoles no son emprendedores, porque si no les impulsa la inversión pública, no se van a lanzar a llevar adelante un proyecto, una idea. Los resultados de la encuesta me dejan atónita... Me parece que esa creencia general no es acertada.

Esta misma mañana he visto una ponencia de Pau Garcia-Milà, un joven emprendedor de, hoy, 23 años, que inició su andadura con 17 años y sin dinero. Logró unir una idea compartida con un amigo, con trabajo y con 3.000€ que consiguieron de algún modo (no por subvención pública), y se lanzaron a montar una empresa. De hecho, en la presentación llega a afirmar que una de sus fortalezas era no tener dinero. Adjunto el link de la ponencia por si a alguien le suscita interés verla. Merece la pena. http://www.youtube.com/watch?v=4BbOqG0ZxTs

Otro vídeo similar que habla de comienzos e innovación es el de Marc Vidal. Otro que con 17 años lo que hizo fue escaparse de casa, irse a París, y organizar a 13 chinos cantantes con el fin de que recaudasen más. Ganó dinero con ellos. Aquí teneis el vídeo donde cuenta la historia: http://m.youtube.com/#/watch?v=KQE0LIHD_K0&desktop_uri=%2Fwatch%3Fv%3DKQE0LIHD_K0&gl=ES

Por lo tanto, ¿realmente hace falta dinero público para ser emprendedor? Pues estos chicos  (españoles, por cierto) me hacen pensar que NO. Que lo que hace falta es una buena idea, decisión e ingenio. Constancia, mucha constancia, y creer en uno mismo cuando el entorno trate de desinflarte en la ejecución de tu plan.

Esa capacidad de emprender sin dinero público, ¿la dará la edad?, ¿Será que los 17 años es la "edad de emprender"? Os añado otra historia:

Con aproximadamente 5 años (camino de 6) monté mi primera empresa con un socio de 7 años (encaminado a los 8): mi querido hermano. Os aseguro que no contábamos con ninguna inversión pública, y, sin embargo, funcionó.

Una tarde que nuestra madre nos castigó sin ver la tele por nuestro "buen comportamiento", nos mandó a la pastelería que había debajo de nuestra casa a comprar unos bollos de merienda. Junto a la pastelería había una Farmacia, cuyo farmacéutico, que nos tenía mucho cariño, nos regaló algo que a nosotros nos encantaba: unos calendarios de bolsillo. Un buen taco de ellos. ¡Qué maravilla! ¡Menudo tesoro!

A estas alturas de la vida no me acuerdo de quién partió la idea, pero sí que me recuerdo vestida con mi uniforme del colegio en el Parque de mi ciudad, con calendarios en la mano, ofreciéndolos a las parejas, cual gitanilla (imitaba incluso la forma de hablar de estas mujeres: "señor, cómprele a la señorita..."). ¡Sí señor!. Como a nosotros nos parecía que los calendarios eran lo mejor que alguien podía coleccionar, decidimos VENDERLOS. Con los ingresos compraríamos cromos para el álbum que coleccionabamos en ese momento (uno de soldados: estoy casi segura de quién decidió cómo invertir los beneficios...).

Ahí tenéis otra empresa: con un capital (los calendarios donados), con un objeto social (venta de calendarios), con un Director Financiero (mi hermano), una Directora Comercial y de Marketing (yo misma), y con unos exitosos resultados de ventas invertidos en una Fundación sin ánimo de lucro constituida para comprar cromos que hicieran felices a un par niños...

La empresa se extinguió automáticamente cuando mi madre descubrió "el pastel". Recibió una llamada de teléfono de alguien que le dijo: "¡Qué mona está tu hija vendiendo calendarios en el Parque!". Jamás sabré quién nos delató, pues ella no dio crédito a lo que le decían. Nos hacía de vuelta hace rato (que nos hubiera abierto la puerta alguno de nuestros hermanos, como otras veces), jugando en algún cuarto. Al ver que no estábamos en ningún dormitirio, se lanzó a la calle a buscarnos. Nos encontró subiendo una cuesta tan contentos, con el album repleto de los valiosos adhesivos y un buen montón de cromos repetidos. Probablemente ya estabamos elaborando el siguiente plan de acción, planteándonos vender el excedente de cromos entre nuestros compañeros del colegio. Otra vez castigados... Esta vez sin salir de casa, ad eternum. Eso, y años de tomadura de pelo de nuestros familiares terminaron de truncar aquella gran y exitosa iniciativa comercial. Fuimos unos incomprendidos, unos adelantados a nuestro tiempo, está claro...

¿Qué quiero explicar con estos sencillos ejemplos? Pues que si ninguno de los niños o adolescentes anteriormente citados acudieron a la inversión pública para montar su propia empresa, ¿por qué tantos adultos creen que ello es imprescindible?. Los chavales de los que os he hablado supieron gestionar los recursos privados que tenían al alcance de la mano (reunir 3.000€ de capital privado, gestionar recursos humanos, destinar una donación privada a crear la empresa...). De hecho, algunos ni sabían qué era eso de la inversión pública, y, posiblemente gracias a ello, no se sentaron a esperar que les fuera dada para empezar a trabajar en su empresa.

La inversión pública tendríamos que considerarla como un premio adicional, un agente facilitador, pero no una condición necesaria para montar una empresa. El emprendedor no debe quedar paralizado si no la recibe. Incluso la búsqueda de inversores privados puede favorecer el lanzamiento del proyecto con éxito, pues el hecho de convencer a personas que arriesgan su propio dinero puede ser un indicador de una mayor aceptación del mismo en el Mercado (si los inversores lo viesen de otro modo no invertirían).

Tema distinto es que, desde las Administraciones Públicas, se facilite la iniciativa privada, mediante la reducción de impuestos a nuevas empresas, o suprimiendo algunos de los interminables requisitos y trámites con los que se puede encontrar un nuevo empresario. Es diferente "dejar de dar dinero público" para emprender que "dejar de poner obstáculos públicos" a los que emprenden... Posiblemente esto último sea más barato.

Ojalá que tomemos conciencia de que deberíamos emprender basándonos únicamente en el capital privado, y que la próxima encuesta del CIS lo refleje. ¡Animo emprendedores! ;)

Fdo. Alborozo


* Opinión Pública y Política Fiscal, Módulo Pymes y emprendedores, Avance de resultados, estudio nº 2.953, julio 2012, pregunta 24:
En su opinión, la inversión en actividad emprendedora...
- Debe ser una inversión exclusivamente pública ......................................10,2%
- Debe ser una inversión pública con implicación del sector privado ...... 11,9%
- Deben implicarse en la misma medida el sector público
   y el sector privado ................................................................................... 38,4%
- Debe ser una inversión privada con implicación del sector público ...... 15,7%
- Debe ser una inversión exclusivamente privada ...................................... 8,4%
- N.S. ............................................................................................................ 14,6%
- N.C. ............................................................................................................ 0,8%
(N) ............................................................................................................... (2471)

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