lunes, 3 de diciembre de 2012

Primer post de Katin: los Reyes Magos


Me encantaría tener un espejo en el que pudiera ver lo que pasa en las casas la Noche más mágica del año: 5 de Enero.

De pequeña, los hermanos corríamos por toda la ciudad persiguiendo a sus Majestades que iban de tienda en tienda. Con todo lo que corríamos, no entendía como no éramos capaces de pillarlos, porque llevaban camellos y todo. Nuestra madre nos contaba que una vez se despertó y consiguió ver una de las capas saliendo de su casa. Dice que era roja, pero nosotros, por mucho que nos despertáramos por la noche, nunca conseguíamos coincidir. Mejor para nosotros porque se dice que si te ven los Reyes, al año siguiente te quedas sin regalos. No hay noche de Reyes que no nos pongamos muy nerviosos. Katín (tiene casi tantos años como los dedos de las manos), que está ayudándome a escribir esto, corrobora todo lo que estoy diciendo, que él de esto sabe muchísimo más que yo. 

Pero esta mañana se ha levantado preocupado porque hay gente en su cole que le dice que ¡NO EXISTEN LOS REYES MAGOS!. Que lo que pasa es que por la noche se levantan sus padres, han comprado los regalos y los ponen. Pero Katin dice que él revisa concienzudamente todos los tickets y todavía no ha encontrado el de la Play Station, ni ningún otro. Además, las noches de Reyes siempre hay uno de ellos metido en nuestra cama, por lo que no podríamos movernos sin que nos pillaran en caso de que fuéramos nosotros (él dice mientras escribo: es verdad, porque la princesa no se separa de vosotros en toda la noche).

Entonces le he preguntado: “ya se quien es… ¡eres tú!”,

Él responde rápidamente: “¡Yo en mi vida me he levantado en la noche de Reyes! ni para ir al baño porque soy un miedica y no quiero que me vean. Pero si pudiera, cogería como regalo durante 3 años el acompañar a los Reyes poniendo los regalos”.

Los Reyes magos son super-dulces, amables, no puedes sacar nada malo de ellos. Para recordar que conocieron (guau, ¡que suerte!) al Niño Jesús, nos hacen regalos todos y cada uno de los años.  Parece como si tuviéramos 2 cumpleaños: el nuestro y el día en que ellos lo encontraron.

Me explica que no puedes querer a los Reyes Magos por los regalos y que los tres son igual de importantes. Por eso, él siempre empieza su carta saludando cariñosamente, sigue explicando lo "bien-regular para arriba" que se ha portado, para terminar con su lista de deseos:"Primero de todo, este año quiero felicidad para mi familia y que no pase nada malo a nadie". Si tenéis alguna duda, Katín estará encantado de explicaros cómo escribir la carta con más detalle.

Algunos regalos los sacan de las tiendas. Entran por las noches, cogen lo que les falta y dejan una nota que dice: “hemos cogido este reloj para una persona que lo quiere de verdad, gracias”. Que conste que no roban nada. Esto lo acordaron con los comerciantes hace siglos. Como entenderéis, aunque los sacos de los camellos sean mágicos y quepa de todo, siempre puede haber alguno que escriba la carta demasiado tarde o cambie de opinión, por lo que necesitan proveedores locales.

El mundo está todo lleno de pajes de los RRMM camuflados.  Si te portas mal, ellos se lo hacen saber y te traen carbón (a veces de caramelo y a veces... carbón, carbón de verdad). Pese a no ser invisibles, no es nada fácil pillar a un paje. Me explica Katín que él cree que son personas que ayudan a los RRMM.

Pero a uno de los ayudantes más importantes si que lo tiene localizado: Katín no conoce al Cartero Real, pero la tía Alborozo sí lo conoce. Ella se encarga de entregarle las cartas.

Entonces llega la cabalgata la noche del 5 de enero. Cogemos la escalera más alta de casa para no perder ripio, bajamos a la calle y ocupamos la mitad porque somos muchísimos. Mientras disfrutamos del espectáculo, cantamos villancicos y cogemos todos los caramelos. Para sentirnos un poco "pajes", lanzamos algunos puñados de caramelos hacia atrás o los compartimos con otros niños tan grandes como nosotros pero que no han conseguido coger nada. Primero saludamos al Cartero Real. Después, toda la familia grita al unísono: “¡¡Melchor!!, ¡¡Gaspar!! ¡¡Baltasar!!”. Somos tantos y con voces tan potentes que siempre nos saludan. De esa forma nos vamos más tranquilos a dormir porque los Reyes Magos ya saben en que ciudad estamos.

Esa noche llegan los Reyes... y a la mañana siguiente....

La mañana del 6 es mágica: todos estamos muy contentos, el salón está lleno de regalos, los Reyes se han comido sus polvorones y los camellos han rellenado sus jorobas. Nosotros desayunamos en familia unos 3 o 4 roscones gigantes con chocolate caliente hasta casi morir en el intento de encontrar el regalo. 

Creemos en los Reyes Magos pero no entendemos por qué hay gente que quiere acabar con su magia, ¿y vosotros? Esperamos que sí... y si no lo hacéis... que volváis a creer para que no desaparezcan.

Gracias y FELIZ NAVIDAD

Fdo: Katín y Katoh

4 comentarios:

  1. Qué hijo más noble tienes, Katoh :-)
    Dile que siga así.
    Y por cierto, según Benedicto XVI los Reyes Magos son andaluces (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/28/andalucia/1354129464.html), así que a lo mejor les hará gracia si este año junto a los polvorones les dejáis unas cervezas Cruzcampo. No sé, por dar ideas.

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    1. Habrá que catarla antes para ver que es buena. Pero una sidrita tampoco va mal. Gracias Mou

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  2. Está claro que sus Majestades son Andaluces, porque trabajan un día al año, en lugar de llegar el 25 de Diciembre llegaron el 6 de Enero, y desde que se han marchado hay un lío urbanístico en Belén que no veas...

    Excelente el post, ánimo con ese pequeño gran escritor, que rezuma talento!

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    1. ¡Tu es q vienes de la estratosfera! Los RRMM trabajan todo el año. Hay regalos materiales. Pero los regalos realmente importantes están en el día a día. Ahí están ellos ayudándote a conseguirlos.

      Sobre el caos de Belén, ellos no tienen nada que ver :oP

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