domingo, 20 de enero de 2013

QUIERO, PUEDO Y TENGO QUE HACERLO!


Hace unos días me invitó a merendar una vieja amiga. Era una tarde de diciembre que pasó volando, pero que tardaré mucho tiempo en olvidar. Sigrum es alemana, de la región de Pomerania, actualmente Polonia. Tiene 81 años y miles de vivencias para compartir.

La conocí hace tiempo, mientras cuidaba a mis hijos en el parque. Ella cuidaba a sus nietos que eran de la misma edad que mis hijos. En esas tardes hablábamos de todo, pero una de las cosas que mas me gustaban eran sus relatos sobre sus vivencias durante la 2ª Guerra Mundial. Había sido testigo de la historia, y tener el privilegio de escuchar este acontecimiento en primera persona me parecía increíble.

Pues bien, ahora ha escrito estas experiencias que entonces  me contó. Ella considera que es un testimonio necesario para sus hijos y nietos. Me invitó a su casa para darme un ejemplar de estas memorias. 
Quizá en ese momento no fui consciente del tesoro que estaba recibiendo, pero después de leer varias veces ese documento me doy cuenta del valor histórico y humano que tienen.

En ellas cuenta las deliciosas tardes de adviento que pasaban cantando con su madre, la Navidad en su casa, las institutrices y profesoras que tuvo, el colegio, el inicio de la guerra, el caso Valquiria en el que estuvo implicado su hermano mayor, la angustiosa huida en un tren abarrotado de gente, los bombardeos, el frío, el hambre, la incertidumbre, las torturas a tus seres queridos...

También relata cómo su padre, Ewald von Kleist,  mantuvo entrevistas con Hitler, con Churchil, con Lord Halifax o con el Almirante Canaris en su intento de evitar la guerra. Me explica que la fortaleza de su carácter y su profunda fe le mantuvieron en su linea recta y clara hasta el final. Fue ejecutado el 9 de abril de 1945 cuando ella apenas contaba 13 años.  
Unos meses antes ella había tenido que huir de su casa, que más adelante fue invadida por el ejercito ruso:  "Aquel día, ciertamente, aprendí a hacer una maleta aprovechando hasta el último resquicio, ya que se trataba de llevar las pertenencias más importantes, a sabiendas de que todo lo que dejabas atrás, no lo volverías a recuperar nunca más, y que no sería posible comprar nada." Con 13 años, acompañada de su hermana, que apenas tenía 16,  emprendió su aventura para llegar a Berlín desde su casa en Schmenzin. En los 180 folios en los que cuenta lo vivido en primera persona, se refleja la dureza de su vida de entonces y de los años posteriores, así como los agradables acontecimientos y vivencias de su infancia.  Su relato acaba cuando cuenta su boda en Madrid. Ella me explica que a partir de ese momento su vida es privada y muy normal.

Le pregunté que cómo se puede vivir con esa alegría que ella transmite después de sufrir esas situaciones tan duras que relata. Ella me dice que en la vida hay que ser fuerte, que mediante la fuerza mental se puede aumentar el rendimiento físico y emocional  hasta límites insospechados, aguantando lo que te echen.

Sigrum  habla 4 idiomas y ha vivido en varios países. Actualmente tiene una artritis degenerativa que la tendría que tener postrada en una silla de ruedas, pero que combate con dos horas diarias de gimnasia. Ha perdido prácticamente la vista, pero se ha hecho con una lupa electrónica que le permite seguir leyendo...

En ella todo es fuerza, vitalidad y alegría. Enfrenta los problemas de cara y con decisión. Nunca se conforma ni se rinde.

Por último me regaló su leitmotiv en la vida : " Ich Kann es, Ich will es und ich muss es" : " PUEDO, QUIERO Y TENGO QUE HACERLO". Con esa frase en tu cabeza conseguirás todo lo que quieras.

Gracias Sigrum

Ana Jover Sanz-Pastor






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