lunes, 11 de marzo de 2013

YO ME OCUPO, ES FÁCIL...

Resulta que un compañero ha tenido un bebé, y se ha hecho una colecta para hacerle un regalo. Se decide que será una tarjeta de regalo del Corte Inglés, y ahí me lanzo yo: “No os preocupéis, la consigo yo. Para mí es fácil: la pido por internet”… Y me pongo diligentemente a cumplir mi ofrecimiento.

Rápidamente me entregan el dinero de la colecta: 140€. ¡Vaya! tengo que hacer maniobras…
Sabedora de que las tarjetas tenían que ser múltiplos de 50€, el primer movimiento fue sugerir si no habría otras dos personas que quisieran participar en el regalo, con 5€ cada una. Nada, por ahí "toco hueso". Mi compañero “no tiene más amigos”… Pues yo pensaba que, con su personalidad, dos más seguro que tenía…

Camino alternativo: compro dos tarjetas de regalo del Corte Inglés, por valor de 100€ cada una (como son 200€ me las enviarán a casa, para mi mayor comodidad…), y me voy con ellas al Hipercor.

Aparco, entro, y me encuentro una zona de juguetes. Directamente, sin mirar cuáles son, hago una combinación de productos que suma 40€ (dos juegos de 15€ y uno de 10€), con el fin de pagar con una de las tarjetas de regalo, devolverlos a continuación, y conseguir una tarjeta de regalo de 40€.
Bien, pues una vez que estoy pagando, conforme firmo la autorización, descubro con espanto que me están cobrando ¡¡35,50€!! ¡qué horror! ¡Con lo que me ha costado llegar a la combinación de 40€ exactos...!
Pregunto a la vendedora, quien, amablemente, me contesta que precisamente esos juguetes están en la “Semana Fantástica” y tienen un 15% de descuento. En una estantería gigante, de tres pisos, eran ¡los únicos que disfrutaban de esa oferta! Evidentemente no me queda más remedio que llevármelos. ¡Pero si son un chollo! ¡Qué suerte: están en la “Semana Fantástica”…! (tono irónico, por supuesto...)

Me voy con la cabeza gacha, pues se me acaba de complicar mi objetivo. Ahora tengo que devolver los juguetes, comprar otra cosa de 40€, y devolverla a continuación, para, así, lograr la ansiada tarjeta con la cifra no múltiplo de 50€. Y una de las dos tarjetas de regalo ya está parcialmente consumida: le faltan 35,5€, en lugar de los 40€ que pretendía gastar para recuperar más tarde. Me veo gastando el doble de lo previsto, sólo para conseguir la dichosa tarjetita. Y todo gracias a un "descuento a traición"... Ya no se puede confiar en los grandes establecimientos: cuando menos te lo esperas van y te ponen una oferta...

Me acerco a otra sección cualquiera, de modo que aterrizo en la de artículos de peluquería (secadores, planchas de pelo…). Ignorando por completo la mercancía, me centro en los carteles de los precios. ¡Todos acaban en 9!, ¿pero quién ha explicado ese endemoniado efecto psicológico de que 39€ se percibe como mucho más barato que 40€? ¡¡Si es mucho mejor 40€!! Un número redondo donde los haya…

Por fin veo un cartel de precio: “40€”. ¡Gracias, Dios mío!. Compruebo que no está afectado por la "Semana Fantástica" y adquiero UN FABULOSO CORTADOR DE PELOS DE LA NARIZ Y OREJAS…

A continuación vuelvo a la sección de juguetes y, tras esperar a que atendieran a unas señoras que buscaban unos juguetes rarísimos, que la dependienta no encontraba en ningún centro, consigo que me devuelvan 35,5€ (en otra tarjeta de regalo).

Aprovecho para ir a atención al cliente, para anular el consumo de la tarjeta del Corte Ingles. Donde creía que había consumido 59,40€, resulta que eso es sólo febrero, y que aun me quedarán por abonar más de 20€ de marzo (no importa, simplemente no recordaba que ahora soy una adicta al Corte…). Entrego mis tarjetas de regalo para cancelar el gasto de febrero, y 0,60€ de marzo. Para marzo ya me quedará menos por cancelar… (sesenta céntimos menos, algo es algo). 

Vuelvo a la sección de artículos de peluquería, y le explico al dependiente que a mi marido no le ha parecido nada oportuno ese artículo como regalo. Así que el vendedor, tranquilamente, devuelve la compra y me entrega ¡¡UNA TARJETA POR IMPORTE DE 40€!!
¡¡MISIÓN CUMPLIDA!!. Ya he entregado a la secretaria las tarjetas para el feliz papá: una de 100€ y otra de 40€… Espero que no piense lo que hubiera pensado yo: “pues si me lo llegan a dar en efectivo… mucho mejor…” XD XD

Fdo. Alborozo

2 comentarios:

  1. Jajaja, eres tan "tonta" como yo. Te ofreces voluntaria y encima mezclas tu vida privada. Hoy precisamente he tenido que comprar un regalo, y me he ido directamente a por una camiseta a Zara. Yo dándole vueltas, con mi hija, ¿cuál te gusta más? "Mamá, da igual ,coge la que sea, si luego igual ni le queda..."
    ¡Y yo soy incapaz! No puedo comprar algo que no me guste a mí (salvo expreso deseo del recibiente, véase una equipación del Barça), o hacerlo de forma cutre.

    ResponderEliminar
  2. te entiendo bien, Sara... Y, para colmo, como te has ofrecido voluntaria, tienes que hacerlo fenómeno, porque si no, ¿por qué te ofreces? ¿para hacer una chapuza...? ;)

    Alborozo

    ResponderEliminar