jueves, 3 de julio de 2014

LAS COSAS NO SIEMPRE SON LO QUE PARECEN


El sábado por la mañana, depués de la última sesión de quimio del jueves, salí un ratito de esta guisa a comprar el periódico. 

Realmente me veo muy favorecida, y nunca hubiera usado este look para ir al kiosko con mi marido. Encuentro que esto va a ser tendencia, y me pregunto porqué no he sido capaz de hacerlo antes. El estilismo es un poco exagerado... o no? Pero como me venía impuesto, sali así, mas contenta que chupitos

Voy a compartir con vosotros  lo que "oculta" esta foto. Detrás de esta imagen hay una mujer que amaneció con poquísimo pelo (en tres días se me cayó  la melena de muñeca vieja), con naúseas, con la cara, el cuello y el pecho rojos por la antriciclina y sin muchas ganas de hacer nada.

Al levantarme tomé la medicación nueva contra las nauseas antes de desayunar el batido de proteínas de chocolate, me duché y me vestí. Ese momento de elegir el modelazo del día es complicado. La ropa que puedo llevar está un poquito condicionada por mi proceso, a saber: no puedo usar ropa interior de fibra porque se irrita la piel, no puedo usar tirantes ni pantalones cortos para evitar el sol. Es preferible no llevar las sandalias abiertas por el sol y por el riesgo de hacerte heridas en los pies. También hay que evitar collares y pulseras que rocen esa piel cada día mas finita y mas sensible. En fin.. un imposible mirando mi armario.


Pues con todas esas limitaciones resulta que conseguí un aspecto con el que nunca hubiera soñado. Camiseta interior de algodón sustituyendo  la ropa interior, preciosa camisa floreada de manga larga para proteger los brazos del sol, peluca para que no se vea la falta de pelo, rematada con un pedazo de pamela que me permite caminar siempre por la sombra (como deben hacer los bombones). Gafas de sol (graduadas), unos vaqueros y unas bailarinas completan el look.

Cuando mi marido me vió alucinó, y me hizo esta foto. Tuve que reconocer que la imagen no mostraba lo que yo estaba viviendo. Él estaba feliz... parecía un quinceañero con su primer amor jajaja... me miraba, sonreía y no era capaz de hablar a la vez que conducía. Fue un momento genial. No duró mucho, porque a la una y media me vine abajo y no pudimos llegar al aperitivo, pero ese ratito fue intenso, mágico y yo lo difruté muchísimo

Me sentí atractiva y estilosa. Me encantó la cara de orgullo de Jose de salir con ese pedazo de rubia. Nos reímos mucho porque tenía que caminar con mucho cuidado para que la pamela y la peluca (que tienen vida propia) no se movieran para todos sitios. Bromeamos, vacilamos, nos conquistamos el uno al otro. Total, un subidón de endorfinas y de serotonina que me sentó de lujo.

Tengo que agradecerle a Angela su gran aportación a mi armario. Ella es una gran estilista que piensa rapidísimo: "que no se puede usar una cosa, pues esta otra... ideal de la muerte!!!..." También a mi amiga Ana que, en previsión a mis escapadas al sol, me dió esa fantástica pamela, que cumple su función con muchísimo glamour.

Pero lo mas importante de esta imagen es una lección que he aprendido de Angela, me dijo: "Ana,  las debilidades hay que convertirlas en fortalezas..." Y ahí estamos.

La última sesión de quimio me ha tenido casi todo el finde KO. Cansada y recluida. Tengo que estar muy atenta para no tener periodos de mas de 2 o 3 horas de ayuno y dormir cuando empieza el barco, que esta vez ha navegado por aguas mas tranquilas. He tenido un par de días malos por el dolor de espalda (las inyecciones de las defensas activan la médula ósea y a veces duele), pero eso ha dado pie ha descubrir una virtud oculta de mi marido: Jose es un gran fisioterapeuta. Me da unos masajes que sanan. Por lo demás bien, contenta animada y aprendiendo mucho en esta aventura.

Gracias a todos. Seguimos

Ana







4 comentarios:

  1. No puedo evitar pasar sin dejar un comentario, ¡qué estilazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Vuestras palabras me animan mucho a seguir en esta complicada batalla. Ana

      Eliminar
  2. ¡Pero si estás impresionante Ana! Vamos, que la procesión iría por dentro, pero mientras puedas mirarte al espejo y flipar así, ¡bienvenida pamela (y demás, claro)!

    ResponderEliminar
  3. Así es Sara... Las medicinan te ayudan, pero estas pequeñas cosas sanan. Va a ser el tratamiento mas efectivo q se haya dado nunca en la Jiménez Diaz 😉

    ResponderEliminar