Está claro que naces en un entorno y
en una situación que puede marcar tu vida. En mi caso nací gemela
univitelina. Eso ha condicionado mi vida que ha estado rodeada de
anécdotas muy divertidas.
Pero una de las cosas que descubrí cuando tenía unos 20 años fue que los procesos de telepatía que compartía con mi hermana de forma absolutamente natural no los tenía todo el mundo. Fue haciendo un curso de concentración Alfa con mi querido Teo Sevilla. En ese curso descubrí que la gente quería aprender a comunicarse sin hablar, a enviar energía o a conocer las emociones, sentimientos e incluso enfermedades de otros.
Yo había convivido con momentos de
comunicación con mi hermana estuviera ella físicamente conmigo o no
de una forma muy natural. En ocasines me ocurría que sabía algo
sobre mi hermana como si ella me lo hubiera dicho, con gran
naturalidad podía decir "vendrá a las 8", y venía a las 8. Luego me
daba cuenta de que ella no me lo había dicho, y algunas veces ella no
sabía a qué hora llegaría.
Otra anécdota muy curiosa ocurrió
cuando me puse de parto de mi primer hijo. Ella sabía que estaba de
parto porque se lo dije, pero no me acompañó al hospital. Ella
estaba en Villaverde y yo en una clínica en Madrid. Hace 19 años,
cuando nació mi hijo, no teníamos teléfonos móviles, ni internet, ni formas rápidas de comunicación que no fuera el teléfono fijo.
Mientras que yo estaba dando a luz a mi hijo ella estaba con muy
nerviosa. Le acompañaba un amigo que no dio crédito cuando, en un
momento determinado, ella le dijo que ya habia nacido y se
tranquilizó. Su amigo llamó a la clínica, preguntó por mi, se
puso mi marido al teléfono y le preguntó que si el niño había
nacido a las 8:30, momento en que mi hermana se lo había dicho. Mi
marido le dijo que si y que cómo lo sabía. Él le explicó lo que
había pasado y los dos estaban alucinados. A ella y a mi nos pareció
normal, estábamos acostumbradas a que estas cosas nos ocurrieran.
Entonces te das cuenta de que lo que a ti
te parece normal, a los demás les parece de extraterrestres. Tanto mi
marido como el amigo que estaba con mi hermana son dos personas muy
racionales, que nunca han creído en “cuentos de hadas” y se
tuvieron que rendir a la evidencia.
En otra ocasión, yo estaba en casa
estudiando y empecé a ponerme muy nerviosa. Me di cuenta de que a mi
no me ocurría nada que justificara ese estado de ánimo, y pensé,
"pues le pasa algo a mi hermana". Me concentré tal y como me habían
enseñado Teo y le pedí que volviera a casa. A la media hora llegó
y me explicó que estaba muy nerviosa porque el chico que le gustaba
se le había declarado, pero que inexplicablemente de repente le dijo
que se tenía que ir, cogió un autobus y se marchó. Yo me empecé a
reir y le conté lo que había pasado. A partir de entonces ya no le
decía que viniese, cuando esto me ocurría le mandaba energia y
mensajes positivos. Algo así como “no se qué te pasa, pero si
estás tranquila conseguirás lo que quieres” y a ella le iba bien.
La telepatía no funciona con palabras,
funciona con emociones, con imágenes o con certezas que no sabes
cuándo ni cómo has escuchado y que tienes que aprender a interpretar.
La naturaleza nos dió un don especial.
Al proceder de una misma célula madre, nuestras neuronas mantenían
conversaciones sin que nosotras fueramos conscientes.
Yo creo que eso nos ha facilitado que
las dos seamos muy empáticas con la gente. Nos es muy fácil
entender qué sienten las personas que nos rodean. Puede ser que al
haberlo tenido desde pequeñas lo hemos tomado como algo normal. La
magia está en utilizarlo ahora de forma consciente para ser mas
asertivas y empáticas. También creo que ese don ha marcado a nuestra vida profesional actual...
Y tu, ¿has tenido alguna vez telepatía? Te invito a que nos cuentes cómo has vivido esa experiencia.
Ana Jover Sanz-Pastor
Y tu, ¿has tenido alguna vez telepatía? Te invito a que nos cuentes cómo has vivido esa experiencia.
Ana Jover Sanz-Pastor
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