Querido hijo:
Cuando vas a
vivir a otro país tienes una mezcla de incertidumbre y curiosidad por saber que
encontrarás allí.
Nada más
llegar abrirás tu maleta y serán tus cosas lo primero que encuentres. Poco a
poco irás adquiriendo, consiguiendo, recibiendo cosas nuevas. Algunas sustituirán
a las antiguas, otras se añadirán a tu nueva "maleta" y otras te acompañaran el resto de tu vida, vayas donde vayas.
Estoy tranquila,
ya he visto tu maleta y tienes todo lo que necesitas.
Llevas tu
alegría, tu curiosidad insaciable, tu cariño sincero hacia los demás, tus ganas
de agradar y de ayudar, tus ansias por aprender cosas nuevas, tu tesón, tu gran
capacidad de trabajo, tus ganas de divertirte, tus amigos, tu familia, y sobre
todo, tu gran corazón.
Estoy
convencida de que la maleta que traerás de vuelta será más del doble de la que
llevas. Nuevas experiencias, nuevos amigos, nuevas costumbres, nuevos
conocimientos. Serán muchas las cosas con las que nos enriqueceremos todos los
que te rodeamos. Ese carácter tuyo, tan generoso, repartirá a manos llenas
todos tus “tesoros” entre tu gente.
Acuérdate de
contar con nosotros cuando nos necesites, para lo que sea y a cualquier hora.
Vuela muy alto,
mira siempre lejos en el horizonte, y no
habrá imposibles.
No pierdas el
brillo de tus ojos ni tu sonrisa, y Budapest se rendirá a tus pies.
Te quiero mi
niño
Mamá
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